Es tan complejo como sus tejidos: los festivales dan vida a antiguos ritos, la vanguardia urbana irradia innovación y la naturaleza rebosa de diversidad.
De la agitación de la capital a las dunas gigantescas, los picos cincelados y el Pacífico solo hay cortas excursiones: del centro de Lima a los rincones más remotos, este extenso país es un paraíso para los viajeros dinámicos.
La variedad geográfica y cultural aporta diversidad en los ingredientes (desde tubérculos del altiplano a frutas tropicales) a la cocina de influencia española, indígena, africana y asiática.
Los deportes de aventura habituales (rafting, parapente, tirolina y bicicleta de montaña) se combinan con el avistamiento de guacamayos escarlata en el Amazonas, o la puesta de sol sobre las ruinas de una civilización antigua.