La civilización ininterrumpida más antigua del mundo no es solo cristal ahumado y aluminio pulido; tres décadas de crecimiento desenfrenado y urbanismo irreflexivo han pasado factura.
Hay para todos los gustos: fragmentos desmoronados de la Gran Muralla, montañas coronadas por templos, pueblos olvidados en el tiempo, lánguidas ciudades con canales, grutas budistas y antiguos fuertes en el desierto.